Muchos hemos escuchado hablar de las dietas milagro, casi siempre en temporadas clave como después de navidad o semana santa.
Las dietas milagro alcanzan su mayor punto después de la semana santa, ya que en pocos meses esperan obtener un resultado notable para el verano, sin tener en cuenta el trabajo que supone.
Como es habitual, muchas personas quieren resultados milagrosos en poco tiempo. Pero perder peso es algo que o se hace con la precaución adecuada o te juegas la salud con dietas poco convenientes.
Cada día surgen nuevas dietas milagrosas, pero estas dietas tienen algo en común: no son nada sanas.
¿Tan mala idea es seguir una de las llamadas dietas milagro?

Para estas dietas milagro se hacen regímenes extremos, de unas 500 kilocalorias diarias. Es imposible que un cuerpo funcione adecuadamente con esta “dieta”.
Estas dietas milagro se siguen por impaciencia, mínimo esfuerzo y desesperación de las personas por perder peso.
Para temas de salud nunca especules, nadie te regala nada y no existen los milagros en cuestión de tu salud. Perseverancia y esfuerzo.
Todas aquellas dietas que prometen resultados “x” en poco tiempo y sin esfuerzos son un timo.
Tanto en la parte económica, porque suelen estar asociadas al consumo de un producto en concreto, como por salud.
Realmente no eres consciente de la situación crítica a la que estás exponiendo tu cuerpo al seguir a ciegas las pautas de estas dietas milagro.
Todas estas dietas milagro no traerán más que mal al organismo, pérdida excesiva de líquido, de masa muscular, cansancio…
Y en el caso de conseguir rebajar de peso al volver a nuestra rutina dietética diaria se produce un efecto rebote recuperando el peso anterior e incluso aumentándolo.
Si necesitas información contrastada, real y verificada, sobre maneras de adelgazar de manera sana, aquí dejo el enlace de un libro para olvidarnos por fin de estas dietas milagro:
Adelgazar sin milagros. De manera sana, rápida y permanente