El arte de no amargarse la vida es un guía para no ahogarnos en un vaso de agua.
El autor se dedica a explicar por qué tenemos que aprender a despreocuparnos porque los miedos que tenemos en su mayoría son irracionales.
Es un libro que todos deberíamos leer para recordarnos que la vida es mucho más fácil de lo que nos quieran hacer creer.
Es un libro necesario para las personas que como yo podemos sufrir de ansiedad y de querer hacerlo todo rápido.
Hay que tomarse las cosas con calma y darnos cuenta de lo importante que es detenerse y reflexionar para reordenar nuestras prioridades.
Al final podemos ser felices con mucho menos de lo que creemos que necesitamos pese a que la queja sea nuestro primer mecanismo para justificarnos.
Nos enseña a que las situaciones no hacen que suframos sino que somos nosotros pensando demasiado los que creamos ese problema.
Por lo que sentirse bien solo depende de nosotros mismos y de nuestros pensamientos porque igual que los utilizamos para crear sufrimiento podemos utilizarlos para crear bienestar.
Que hay situaciones en la vida muy malas pero hay algunas que no y es eso lo que debemos mirar, quitarle hierro a ciertos asuntos mundanos que nos traen de cabeza y nos crean una preocupación incesante que nos hace estar ansiosos todo el día.
Pasamos constantemente pensando en todos los problemas, en que no tenemos tiempo etc y este libro te enseña a que no es para tanto.
Este libro me ha hecho mucho bien a nivel anímico y psicológico ya que hace que en ciertas situaciones que se me presentan pueda recordar enseñanzas del libro y ponerlas en práctica exitosamente.
Personalmente, por mi parte sin duda la lectura de este libro ha sido muy enriquecedora de principio a fin.