
El día que se perdió la cordura
En plena ciudad de Boston, el día 24 de diciembre aparece un hombre caminando desnudo, cubierto de sangre y con la cabeza de una mujer en la mano. El hombre es internado y el doctor Jenkins se encargará de evaluar su estado. Stella Hyden es la agente de perfiles del FBI elegida para investigar el macabro caso que ha conmocionado a la ciudad. El recluso decidirá revelar los hechos paso a paso, en medio de una trama llena de sorpresas. Los secretos y los motivos que esconde no dejarán indiferente a Stella, que sin pensarlo mucho, se jugará su carrera por hacer lo que le dicta el corazón.
Está claro, hace ya unos cuantos libros que las tramas de desaparición o secuestro de una chica joven están a la orden del día. ¿Cuál sería la clave para diferenciarse entre tanta opción? Evidente. Originalidad. Sólo eso puede hacer que decidas leer otro libro de esas características.
Vayamos con los personajes de tan peculiar historia. Son pocos, pero bien cocidos. Horneados a fuego lento y bien doraditos. Ninguno de ellos se salva del drama o la tragedia. Que gracia tiene un personaje feliz sin pasado? Ninguna.
El aparente psicópata que abre la historia es sin duda el mago de la novela. Capaz de llevarte por la duda, el misterio e hipnotizarte sin remisión. Un tipo al margen de todo, al que sólo le mueve un motivo, y hará lo que sea por ello. El motivo? No seré yo el que lo revele. Pero da igual, te enamorarás de él en cuanto lo veas aparecer con la cabeza cortada de una mujer la mano.
La agente Stella Hyden, no llega a tener el magnetismo del psicópata pero se acopla bien con él. Unirán sus fuerzas de tal manera, que habrá ocasiones en que el equipo formado por ambos parezca un sólo personaje.
Como digo no es novela coral. La regla de menos es más, aquí se cumple a la perfección. Otros personajes como el doctor Jenkins o Laura no te dejarán tampoco indiferente.
Cuando un libro me está generando pasión mientras lo leo, me invade el miedo de llegar al final, no porque se termine sino por cómo terminará. Había leído por ahí que el final dejaba que desear. Mi incertidumbre crecía.
Leída la última página, respiré y disfruté. Aunque se trata de un buen desenlace, lo que ocurre es que la historia y el desarrollo de la misma es tan bueno que cualquier final “creíble y coherente” paga su castigo.
Mi opinión:
El día que se perdió la cordura es una fantástica novela de suspense, llena de acción y misterio. Entramados poderosos y bien construidos. Puedes apreciar en Amazon la cantidad de críticas positivas que tiene (también tiene sus retractores), aún así, sorprende, porque te hace disfrutar del género y lo pasas de miedo con ella. No lo dudes y lánzate, me lo agradecerás. Y si no te gusta, dímelo, échame a mi la culpa por leerla. Te dejaré apretar el gatillo.