Andrea estaba en su casa, y ella ve una mecedora y recuerda su pasado. Esta empieza a recordar una noche de tormenta cuando tenía 10 años y vivía con en la casa de su abuela, con sus padres. Cuando estaba en casa con su madre y chacha, vió una sombra que se encontraba en la mecedora de su abuela.
La madre de Andrea chilló, pero le dijo que solo había sido por la tormenta. Esa noche su hija se comportaba de forma extraña. Andrea (también la narradora) nos da a conocer lo que recordaba sobre ese día raro.
Tras ello, la madre de Andrea la encerró en su cuarto y le dijo que no podía salir hasta que llegara su padre porque había una rata. La niña sabía que su madre no había visto un ratón sino una sombra.
Cuando llega su padre, la madre le contó. La niña entendió nada y le preguntó a la chacha pero esta se calló. La madre consiguió que toda la familia se mudaran y se fueran a vivir a la ciudad. Con el tiempo Andrea tiene un hermano (Dani). 30 años después, murieron sus padres, y su hermano se va a EEUU para trabajar. Tras ello, Andrea regresa al pueblo, para averiguar los sucesos de su pasado.
Cuando llegó a la casa vieja donde vivía vio que no había nadie, pero la mecedora no estaba deteriorada. Fue a la casa de la chacha para hablar con ella, pero la hermana (Mª Fca) de esta le dijo que había muerto. Andrea le pidió que le contara lo que esa noche ocurrió en la casa.
Mª Francisca le contó sobre la tejedora de la muerte, una chica que era de su familia. La chica se marchó de casa cuando era joven y cuando quiso regresar sus padres no la dejaron. Incluso cuando murieron no quisieron dejarle la casa a su hija, ya que pensaban que ella no lo merecía. La chica (Elisa) se fue a vivir junto a la iglesia, y prometió volver a su casa. Esta mujer se dedicó a tejer sin parar y a vengarse de todo el pueblo. Elisa murió el día de la tormenta.
María le dice a Andrea que el día en que murió Elisa, nadie logro quitarle las agujas de tejer de sus manos y estaba con los ojos abiertos. Después de cerrar la urna y volverla a abrir, el cuerpo de la mujer tenía las manos cruzadas.
Después de saber toda la historia Andrea se quedó unos días más en la casa. Escuchó ruidos extraños y el sonido de la mecedora. Andrea comenzó a estudiar un experimento en la casa y tras ello se dedicó a reflexionar sobre la vida de la tejedora de la muerte.