¿Por qué no te callas? Facebook, la compañía, que no el producto, es ahora Meta, en un guiño al Metaverso. Estaba claro que quería otro nombre, pero ¿merece la pena el esfuerzo?
Es decir: ¿va un nuevo nombre a mejorar la reputación de la compañía en plena crisis?
Los papeles de Facebook, por que no te callas los denominados Facebook Files, informes que demostraban que la compañía era perfectamente consciente de los efectos de sus productos en sus usuarios (desde el movimiento anti-vacunas al que ha dado cancha hasta la polarización política que presuntamente quería evitar hasta los riesgos de Instagram para los adolescentes)
esto es un subtitulo
Han llegado al Senado y Mark Zuckerberg, CEO de la compañía, podría enfrentarse, cinco años después, a las implicaciones legales y financieras del escándalo Cambridge Analytica. Facebook no está viviendo su mejor momento.
No solo tiene abiertos nuevos frentes, sino que no ha conseguido resolver todavía los que tenía coleando. Facebook ha anunciado el cambio al nuevo nombre Meta durante la conferencia anual Connect, en un intento de integrar la imagen de la compañía dentro del Metaverso, que considera su futuro.
Zuckerberg quería un nombre que mostrara la verdadera ambición de la compañía, que va más allá de haber creado una red social y de haber comprado WhatsApp e Instagram. Quiere ‘pasar a la Historia’ por haber sido capaz de construir el Metaverso, un mundo virtual donde las gafas de RV gozarán, según Zuckerberg, de la misma ubicuidad que los teléfonos móviles.
Bien, esa es una lectura de cara a la galería. Detrás está una estretegia empresarial de manual: por que no te callas en tiempo de crisis, si vas corto de ideas, cambias el nombre de tu compañía. Facebook, eso sí, seguirá siendo Facebook. Lo que cambiará es el nombre de la compañía matriz.
Hay muchos casos de grandes compañías que han cambiado de nombre para darle un nuevo aire a su negocio. Quizá los más populares son Andersen Consulting y Philip Morris que pasaron a llamarse Accenture y Altria. A Accenture el cambio le salió bien la jugada, pero a Philip Morris no está tan claro.
La compañía aprovechó en 2003 una victoria en los tribunales para hacer el cambio de nombre
en Estados Unidos y ‘vender’ al público que el cambio de nombre atendía a que la empresa se dedicaba a comercializar más productos,
por que no te callas
además de cigarrillos que provocan cáncer, pero en posteriores demandas no se desligó un nombre de otro, así que no coló.
Por no a todas las compañías que han cambiado de nombre les ha salido bien por que no te callas. ¿Porque recordará que Netflix también trató de cambiar de nombre… pero no funcionó, verdad?
¿O se te había olvidado Qwikster? Cuando Netflix lanzó su servicio de streaming trató de desligarlo del negocio de alquiler de DVD (que no, no viste en España) y no funcionó.
Detrás había una desacertada estrategia de precios que hacía que, sencillamente, a nadie le interesase estar suscrito a una plataforma de streaming y a un servicio de alquiler de DVDs.
Netflix quería cobrar más a los clientes que tenían streaming y alquilaban.
Y pensó que si le ponía nombre al alquiler de DVDs (Netflix nació como un videoclub) parecería que tenían más valor. La subida no coló y los usuarios le cogieron tirria al nombre. De hecho el nuevo nombre duró solo una semana.