Desde tiempos inmemoriales los seres humanos hemos buscado diversas maneras de divertirnos, aprender y mejorar en multitud de facetas. Aquí los videojuegos cumplen una importante función que hizo abrir los ojos a más de uno. Si bien, generalizar nunca está bien y reducir la función de los videojuegos al mero entretenimiento es un craso error. Puesto que también despierta en los jugadores la práctica de habilidades analíticas y estratégicas. Y es que, a buen seguro, con cada nueva partida siempre aprenderemos alguna nueva lección. Como ocurre en el Tetris.
La editorial Héroes de Papel, en su afán de enseñarnos un pedacito más de la historia de los videojuegos, nos trae Tetris, el juego del que todos hablan. Se trata de su primer cómic dentro de un, cada vez más, extenso y variado repertorio dedicado a la cultura de este arte. La obra realiza un recorrido por su historia y antecedentes que llevaron a su creador a tal obra que hoy día aún pervive entre nosotros.
En Tetris, el juego del que todos hablan nos encontraremos ante una increíble historia de principio a fin. En él se nos relatan las aventuras y desventuras por las que ha pasado este juego que trajo de cabeza a más de uno —en múltiples sentidos—. Además cuenta con un buen puñado de curiosidades que, pensamos, es mejor que el lector las descubra por sí mismo. Si bien, la obra de Box Brown va un pasito más allá, realizando un pequeño —pero intenso— viaje en el tiempo por la historia de los videojuegos. Abarca desde sus orígenes más arcaicos en el antiguo Egipto, pasando por varios acontecimientos clave como la invención de la cruceta y los Game&Watch. Hitos que, de una forma u otra, el lector encontrará una estrecha relación con la creación de Pajitnov.
Tetris es un videojuego que, si eres de los 90, es imposible no tenerle un enorme aprecio. Personalmente fue uno de los primeros juegos con el que me estrené en el mundo del videojuego. El cómic es, sin duda, un perfecto homenaje a su trayectoria que nadie puede perderse. Su trascendencia dentro del mundo de los videojuegos es indiscutida. A cualquier persona que le preguntes si conoce ese juego, aunque sea un completo ignorante de este arte, lo conocerá. Te contará que lo jugó en alguna de las innumerables plataformas en las que ha estado, está y estará. O eso espero. Porque la obra de Alexey es un legado atemporal que nos ha dejado para todo el mundo.