Un mundo feliz (escrito por Aldous Huxley) nos presenta un mundo utópico donde la humanidad permanece feliz a través de cuatro métodos: el consumo del Soma, el cual es un medicamento que inhibe los estados anímicos melancólicos. De esta manera crea una sociedad feliz sin las ataduras de las emociones negativas. Está controlada por el Estado Mundial, quien desarrolló un sistema jerárquico. La sociedad se divide en: alfas, betas, gammas, deltas y epsilones. Estos son elegidos en la incubación desde que son embriones, separándolos según sus actitudes físicas o intelectuales y sugestionándolos a través de la educación mediante el sueño.
Por último, hacen uso de la eugenesia. Esta técnica crea seres humanos con el uso de tubos de ensayos. De esta manera desarrollan seres humanos perfectos, saludables física y anímicamente. Además, la sociedad no está atada a los típicos motivos que la separaban en el pasado. Estos son: la religión, el concepto de familia, la política, la ciencia, el arte, la diversidad de cultural, la filosofía.
En la novela trata varios aspectos, como la crítica al consumismo de la sociedad de 1932. Una crítica que podría realizarse en la sociedad actual. El Soma es un medicamente el cual hace feliz a los ciudadanos a través del consumo del mismo (una falsa felicidad). Esto tiene relación con el consumismo de la sociedad actual. Consumimos a través de la compra de bienes materiales que nos crea un falso estado de felicidad, manteniéndonos ignorantes.
Otro aspecto que trata es el individualismo. La sociedad de la novela ha dejado de lado el desarrollo individual, creando unos individuos cuyo pensamiento está determinado por el sistema.
Una de las relaciones que hace la novela y que podemos conectar con la sociedad actual es la importancia que se les da a las máquinas. Éstas son quienes han hecho que el propio humano se deshumanice, quedando un ser controlado por el sistema, ignorante, «perfecto» y «feliz».
Finalizando, la novela en sí nos quiere presentar una dictadura disfrazada de democracia. Sus habitantes creen ser felices, pero lo son por imposición. No tienen acceso al libre pensamiento ni al individualismo (en las dictaduras, tales como el nazismo, prima el concepto de colectivo donde todos han de pensar igual, tanto en religión, arte, política…). Se censura y se busca crear al ser humano perfecto desechando al que se salga del camino. Una dictadura perfecta, pues quienes viven en ella ni tan siquiera son conocedores de que lo es.